
A veces me gustaría que pudieras verme, verme como me dijiste que me imaginabas, caminando sola, con el aire levantandome el pelo, cargada de bártulos y mirando mal a los viejos verdes que en los semáforos miran de reojo a las chicas con minifalda y ponen cara de vicio.
Verme moviéndome al ritmo de nadie, con una melodía de una canción metal estridente tocada por una orquesta y con algo de electrónica.
Verme yendo sola de acá para allá y que nadie se ponga del lado de los coches cuando voy por la acera, si llueve me salpicarán a mi.
Nunca sabré cómo tan poco tiempo me pareció tanto.
Soy como me imaginas, aunque no puedas verme, aunque no me veas, solo en tu cabeza.
Soy como dijiste una solitaria, igual que tú.
Se que tienes la esperanza de que nos volvamos a encontrar, el tiempo dirá, pero tu ya sabes que los arqueros no olvidamos nunca.
De todos modos siempre viviremos el uno dentro del otro, aunque el otro no lo sepa y sólo podamos intuirlo, como las canciones que nos llevan al agujero, las malas horas, pero todo lo tengo guardado, el agua, las lianas y las serpientes, las confusiones y los chistes malos de los descarados.
Se que no puedes verme y para ambos eso es más cómodo, la vida es más fácil.
Pero es menos excitante.