
De acuerdo con aquello de la indiferencia, levantarse por las mañanas dándote todo igual, sin saber que diferencia el día de ayer del de hoy o del de mañana, sin saber qué pintas ahí ni que puedes aportar, bueno o malo, estado de ánimo en que no se siente inclinación ni repugnancia hacia nada, es un poco el despertar y darse cuenta de que hay muchas entes que actúan e interaccionan como autómatas, algunos solo buscan el éxito y no les importa aplastar a quien sea si es necesario, aquello de "el fin justifica los medios", otros no tienen interés alguno y tienen la suerte de tener una fuente del maná que les proporciona todo lo necesario (véase sus progenitores) y no sienten ningún remordimiento respecto a su falta de iniciativa o simplemente falta de actividad productiva. Otros simplemente buscan lo que todos, un trabajo, casarse, tener una casa (cuanto más grande mejor), un coche ( cuanto más caro mejor) y si cabe algún hijo...
Realmente no se lo que quiero, pero si se lo que no quiero, todo lo anterior, disfrutar de cada cosa, por pequeña que sea, y saborearla, si, eso estaría bien, si no fuera porque hay días en los que me resulta imposible.
¿Por qué?
Necesito algo que me salve. ¿Por dónde empiezo a buscar?
1 comentario:
En un mundo donde el fin justifica los medios, el fin justifica los medios. No dejan de ser interpretaciones morales, pero el ser humano es una mera interpretación de si mismo. Lo interesante sería saber de los límites que marcan parcelas como el condicionamiento social, condicionamiento personal, genético... Una respuesta a la imposibilidad.
Te preguntaría: ¿Necesitas salvarte o quieres salvarte?
Creo que cuando se asume un rol, cuesta desacerse de su salvaguardia, independientemente de que este sea positivo o negativo. Al menos yo lo siento así.
Publicar un comentario