
- Hola..- dijo el camarero de aquel bar mugriento que pertenecía al burdel.
Yo hice un gesto con la cabeza, ese perro ni siquiera se merecía que le hablasen.
- Está Denisse? dije sin mirar al camarero y buscándola por el bar.
- No, salió a hace un rato, ¿quiere que le deje algún mensaje?
- No.
- Entonces, ¿para qué la quería?
- Solo quiero cargarme a esa zorra, pero, no le diga nada, ya volveré.
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