
Hoy me he puesto la flor en el pelo. Nadie se ha dado cuenta, ahora está en el cajón.
Soy una camiseta mojada. La de tu mejor concierto. Necesito que me sequen al aire o pronto estaré hecha una mierda y me usarán como trapo para los cristales o para untar betún, del negro que brilla, para los mocasines de tu padre.
Me he pintado las uñas de naranja, para verlas mejor en la oscuridad. Envidio la perfección de las orquídeas. La fuerza del viento sobre mi pelo. Una playa inmensa sin mar con la chaqueta de lana.
Nunca me han dedicado nada. No se es nadie hasta que alguien te dedica algo.
La luz sobre las grietas de mis manos, parecen roca. Pero nada más lejos, sangro pintura acrílica, he pisado los cristales verdes, la botella del ron de un pirata. Los cristales de las gafas por eso a veces no me ves.
Soy el pez que se tragó el soldadito de plomo, todo este viaje para acabar con las tripas sobre las mesa.
Ni siquiera con una toga puedo ser musa. Como mucho trovador.
Tengo que embarcar pero he perdido mi ancla.
Quiero el columpio, el prado, la corona de flores, los hombros al aire.
Puede que en el cajón no haga mucho, pero si salgo al menos...
al menos puedo hacer contraste a las orquídeas.