sábado, 21 de noviembre de 2009

Ave Cesar morituti te salutant!


Hoy me he puesto la flor en el pelo. Nadie se ha dado cuenta, ahora está en el cajón.
Soy una camiseta mojada. La de tu mejor concierto. Necesito que me sequen al aire o pronto estaré hecha una mierda y me usarán como trapo para los cristales o para untar betún, del negro que brilla, para los mocasines de tu padre.

Me he pintado las uñas de naranja, para verlas mejor en la oscuridad. Envidio la perfección de las orquídeas. La fuerza del viento sobre mi pelo. Una playa inmensa sin mar con la chaqueta de lana.

Nunca me han dedicado nada. No se es nadie hasta que alguien te dedica algo.

La luz sobre las grietas de mis manos, parecen roca. Pero nada más lejos, sangro pintura acrílica, he pisado los cristales verdes, la botella del ron de un pirata. Los cristales de las gafas por eso a veces no me ves.

Soy el pez que se tragó el soldadito de plomo, todo este viaje para acabar con las tripas sobre las mesa.

Ni siquiera con una toga puedo ser musa. Como mucho trovador.

Tengo que embarcar pero he perdido mi ancla.

Quiero el columpio, el prado, la corona de flores, los hombros al aire.

Puede que en el cajón no haga mucho, pero si salgo al menos...







al menos puedo hacer contraste a las orquídeas.

martes, 10 de noviembre de 2009

Debilidades.


Necesito oler ácido acético, no se si para ver si consigo despertarme de este sueño lúcido, o translúcido. Me levanto a la cocina a por el vinagre, pero no es tan potente como recordaba, no ha sido como esperaba, olía mejor en mi mente. Cierro la botella y al armario.


Muchas veces me siento como buscándole las esquinas a un balón de playa, necesito estar triste, es por naturaleza.


Objetivamente no hay riesgo hasta que la paciencia explote.


No te voy a vender un recuerdo.


Siempre he sido un poco masoquista buscando un doble fondo al armario, tres pies al gato, creyendo que si empujo el espejo pasaré a través de él a una realidad paralela, donde los perros paseen a los amos y las hamburguesas nos coman vivos.


No me gustan las parejas de la mano a las 8 de la mañana, no se está lo suficientemente despierto.


Quiero abrazar cangrejos amarillos, tener alas, no tener que respirar bajo el agua, campanas por la habitación. Me duele un hombro.


A veces pienso "Un día voy a probar desde que me levante a hablar solo de las cosas que tengan al menos un mínimo de interés", seguramente no hable en todo el día.


Es absurdo pensar, pero no puedo evitarlo.


Giro la esquina, cruzo de acera, paso esta curva y la paso por fuera.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Tic-tac

Desde pequeña siempre me
han fascinado los relojes,
cuanto más raros mejor. Adivina
por qué...

Me apasiona encontrar cosas "únicas"
que solo conozco yo, o me creo que solo
las conozco yo, estoy enganchada, segrego
endorfinas y , siempre encuentro algo,
todos los días, es increíble pero cierto.
He llegado a encontrar cosas en
los lugares más remotos, hojas,
plumas, un colgante de los años 20,
una botella de cocacola, un
armadillo de madera, unas matriuskas,
un paraguas, un vinilo, un
escarabajo, una cascada, un niño
que se dormía de pie, un tobogán
para pingüinos, un cuadro, un libro,
piedras...

Lo que más me satisface no es encontrarlas
en lugares remotos o lejanos,
lo que más me gusta es cuando lo encuentro
en los sitios por los que paso diariamente
y nunca antes me había fijado, porque se que
ahí puedo volver cuando quiera, eso no duele
tanto como las cosas inaccesibles, además
me pregunto cuanta gente más habrá
reparado en ese objeto antes o
cuánta lo hará después de mí.
¿A cuantos les producirá algún
tipo de reacción?

Me gustaría poder verlos por
un agujero y luego decirles
no, yo también lo he visto.

Pero eso haría que las cosas
perdieran ese encanto de creerte
el único afortunado que lo ha
disfrutado. Es acojonante, se te
queda una cara de satisfacción
como cuando te despiertas sobresaltado
pensando que es tarde y miras el reloj
y ves que todavía tienes dos horas más
para dormir y una sensación de orgullo
de que debería darte un Nobel por lo que
acabas de descubrir, pero a la vez quieres
guardártelo para ti solo, para siempre.

Con lo que no tengo tanta suerte
al menos no todos los días ni mucho menos
es con las personas.
Algo debí de hacer yo mal en la otra vida.
El karma de los cojones no funciona.

¿Qué figura no encaja en este patrón?
La mía.

El mundo está hecho para los playmóbil.

Sí, mucho blablablá pero cuando encuentro
a alguien que merece la pena, es como que no
me lo creo, dios existe, comprar.

Si yo no fuese yo, y no fuese tu, no sería
mi amiga, la gente como yo me intimida,
porque no es dúctil y maleable, pero te los
puedes cargar tan fácilmente...

La gente no es simpática, es agria y rancia,
como una manzana de esas con gusano dentro,
no, miento, incluso el gusano tiene más carisma.

Los funcionarios son la cosa más sincera que vi.

Y no me llame por teléfono, que no quiero
aprender a poner ladrillos joder, que soy estudiante...
vaya rango, grangeneralcomandantealjefepatadecabra.
¡Qué feliz era yo con mis cuentos de cisnes y verrugas!
(Me gustaría haber conocido a Maria Antoñeta,
nos habríamos llevado bien.)

Todo lo joden con el " las llanas no se acentúan cuando
acaban en vocal ni en -n ni en -s"


Yo soy esdrújula y lo voy a ser siempre.
No me gusta la suerte, ¿Por qué la gente
habla de ella como si fuese oro puro?
Lo que a mí no me gusta de la suerte es que
no es justa, como el verde de la hierba, el frío
en la mañana y el color de tus ojos.

Y todo esto venía porque me fascinan los relojes
¿te acuerdas?

martes, 3 de noviembre de 2009

Esto no estaba programado pero lo necesitaba.

Os odio, os odio por ser chupasangres arrastradas, niñas mimadas, que mucho blablabla por detrás pero luego nada.

Estaban ustedes para un buen repaso, que consejos vendo pero para mi no tengo, no sabeis sufrir.

La diferencia entre nosotras es que a mí no me educaron unos gorrones breves de mente, no seré de la realeza pero tengo una mínima educación.

Alucino con estos jueguecitos y me da verdadera vergüenza ponerme a vuestro nivel.

Asco, asco me dais y os deseo una muerte (dulce).