martes, 10 de noviembre de 2009

Debilidades.


Necesito oler ácido acético, no se si para ver si consigo despertarme de este sueño lúcido, o translúcido. Me levanto a la cocina a por el vinagre, pero no es tan potente como recordaba, no ha sido como esperaba, olía mejor en mi mente. Cierro la botella y al armario.


Muchas veces me siento como buscándole las esquinas a un balón de playa, necesito estar triste, es por naturaleza.


Objetivamente no hay riesgo hasta que la paciencia explote.


No te voy a vender un recuerdo.


Siempre he sido un poco masoquista buscando un doble fondo al armario, tres pies al gato, creyendo que si empujo el espejo pasaré a través de él a una realidad paralela, donde los perros paseen a los amos y las hamburguesas nos coman vivos.


No me gustan las parejas de la mano a las 8 de la mañana, no se está lo suficientemente despierto.


Quiero abrazar cangrejos amarillos, tener alas, no tener que respirar bajo el agua, campanas por la habitación. Me duele un hombro.


A veces pienso "Un día voy a probar desde que me levante a hablar solo de las cosas que tengan al menos un mínimo de interés", seguramente no hable en todo el día.


Es absurdo pensar, pero no puedo evitarlo.


Giro la esquina, cruzo de acera, paso esta curva y la paso por fuera.

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