Desde pequeña siempre me
han fascinado los relojes,
cuanto más raros mejor. Adivina
por qué...
Me apasiona encontrar cosas "únicas"
que solo conozco yo, o me creo que solo
las conozco yo, estoy enganchada, segrego
endorfinas y , siempre encuentro algo,
todos los días, es increíble pero cierto.
He llegado a encontrar cosas en
los lugares más remotos, hojas,
plumas, un colgante de los años 20,
una botella de cocacola, un
armadillo de madera, unas matriuskas,
un paraguas, un vinilo, un
escarabajo, una cascada, un niño
que se dormía de pie, un tobogán
para pingüinos, un cuadro, un libro,
piedras...
Lo que más me satisface no es encontrarlas
en lugares remotos o lejanos,
lo que más me gusta es cuando lo encuentro
en los sitios por los que paso diariamente
y nunca antes me había fijado, porque se que
ahí puedo volver cuando quiera, eso no duele
tanto como las cosas inaccesibles, además
me pregunto cuanta gente más habrá
reparado en ese objeto antes o
cuánta lo hará después de mí.
¿A cuantos les producirá algún
tipo de reacción?
Me gustaría poder verlos por
un agujero y luego decirles
no, yo también lo he visto.
Pero eso haría que las cosas
perdieran ese encanto de creerte
el único afortunado que lo ha
disfrutado. Es acojonante, se te
queda una cara de satisfacción
como cuando te despiertas sobresaltado
pensando que es tarde y miras el reloj
y ves que todavía tienes dos horas más
para dormir y una sensación de orgullo
de que debería darte un Nobel por lo que
acabas de descubrir, pero a la vez quieres
guardártelo para ti solo, para siempre.
Con lo que no tengo tanta suerte
al menos no todos los días ni mucho menos
es con las personas.
Algo debí de hacer yo mal en la otra vida.
El karma de los cojones no funciona.
¿Qué figura no encaja en este patrón?
La mía.
El mundo está hecho para los playmóbil.
Sí, mucho blablablá pero cuando encuentro
a alguien que merece la pena, es como que no
me lo creo, dios existe, comprar.
Si yo no fuese yo, y no fuese tu, no sería
mi amiga, la gente como yo me intimida,
porque no es dúctil y maleable, pero te los
puedes cargar tan fácilmente...
La gente no es simpática, es agria y rancia,
como una manzana de esas con gusano dentro,
no, miento, incluso el gusano tiene más carisma.
Los funcionarios son la cosa más sincera que vi.
Y no me llame por teléfono, que no quiero
aprender a poner ladrillos joder, que soy estudiante...
vaya rango, grangeneralcomandantealjefepatadecabra.
¡Qué feliz era yo con mis cuentos de cisnes y verrugas!
(Me gustaría haber conocido a Maria Antoñeta,
nos habríamos llevado bien.)
Todo lo joden con el " las llanas no se acentúan cuando
acaban en vocal ni en -n ni en -s"
Yo soy esdrújula y lo voy a ser siempre.
No me gusta la suerte, ¿Por qué la gente
habla de ella como si fuese oro puro?
Lo que a mí no me gusta de la suerte es que
no es justa, como el verde de la hierba, el frío
en la mañana y el color de tus ojos.
Y todo esto venía porque me fascinan los relojes
¿te acuerdas?
miércoles, 4 de noviembre de 2009
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